Esos cuadros de viejas
de labios apretados,
de mirada infinita
y belleza marchita
de cuellos derrotados.
Mujeres sin espejo
que les devuelva un rostro
que alguna vez fue bello.
Esos cuadros de viejas
de labios apretados,
de puchero caliente
con la tierra en sus manos,
de hermosura olvidada
y suspiros callados,
abrazada a sus lutos,
repleta de recuerdos
y también de cansancio.