Cuando me vaya,
cuando se apague el cielo,
cuando en la vida deje tan solo mis recuerdos,
yo nadaré en la nada
dueña del firmamento.
Desde esa noche oscura,
será la vida un sueño,
de los días vividos retornará el silencio.
De la nada a la nada,
del mar al universo,
envuelta entre tinieblas
extinguida la luz y los deseos,
preguntaré al vacío:
«¿por qué existir para partir de nuevo?».